martes, 14 de junio de 2011

El Americano

Es el whiskey más celebrado de Estados Unidos y uno de los destilados más vendidos del mundo. Su admirador más connotado fue Frank Sinatra, quien lo consideraba "una bebida de caballeros". Esta ronda de "Jack" va por él.
En más de un sentido, el poblado de Lynchburg, al sureste de Estados Unidos, es singular: tiene un solo semáforo, es el más pequeño del estado de Tennessee (5.740 habitantes), y se regodea en una paradoja, acaso cruel: aun cuando allí está instalada la destilería del legendario Jack Daniel's, el whiskey estadounidense más bebido y reverenciado del planeta, dentro de sus límites impera una ley seca desde 1909. En el perímetro de este pueblo -calmo y campestre-, no hay barra alguna que ofrezca tragos con alcohol.

Eso sí, de los porches de sus casas para adentro, los ciudadanos de Lynchburg -que jamás levantaría sospecha en el mapa de no estar la destilería-, son libres de rendir honores al "Jack" que los llena de orgullo -un icono de la región tan sobresaliente como Elvis Presley, la música country o el rock and roll- y los turistas, que llegan en su mayoría en travesía rasante para recorrer la destilería y cargarse de botellas, son recibidos con calidez sureña y… una limonada.

No habrá ley que lo impida
Lógicamente, una cosa son las prohibiciones y otra las devociones: para los adoradores del Jack Daniel's su envase cuadrado con la emblemática etiqueta negra -diseño invariable desde 1895- es parte de la religión. En 2010 se distribuyeron 120 millones de litros de este destilado, en más de cien países, cifra que lo establece como uno de los cinco best sellers de esta gama, incluyendo a los escoceses. Nada amilana el espíritu, entonces, de las entre 250 y 300 mil almas que peregrinan anualmente hasta Lynchburg, con el fin de presenciar, en vivo, el proceso de elaboración que hace único a este licor. Lo último es literal: su manufactura es tan particular como para diferenciarlo del resto de los whiskeys que se producen en Estados Unidos, lo que le confiere, incluso, una denominación de origen especial: Tennessee Sour Mash Whiskey, o simplemente, Tennessee Whiskey. Pero Jack es Jack.

¿Whisky?, ¿whiskey?, ¿bourbon?
Es preciso aclarar de entrada a qué apela cada término. Aunque todos definen productos que parten de cereales (cebada, maíz, centeno, trigo) molidos, fermentados, destilados y, finalmente, añejados en barricas de madera, por denominación de origen sólo puede llamarse whisky al obtenido y madurado en Escocia (con predominio de malta); whiskey a la bebida manufacturada en Irlanda y asimismo en Estados Unidos; y bourbon, exclusivamente, al destilado que se produce en este último país, siempre que en su mezcla se emplee, como mínimo, 51% de maíz y haya sido envejecido en barricas nuevas de roble americano. El bourbon es a Estados Unidos lo que el whisky a Escocia o el champagne a Francia.

Jack Daniel's es básicamente un bourbon (elaborado con maíz, centeno y cebada) con un paso adicional que le confiere sus características individuales. La nota diferenciadora la brinda, tras la destilación, un proceso conocido como charcoal mellow o suavizado al carbón.

Agua, carbón, madera y… jack
Además de cereales de calidad, tres elementos influyen de manera definitiva en la elaboración del Jack Daniel's: primero, el agua, que proviene de una gruta ubicada al borde de la destilería y es libre de hierro y otros metales -detalle esencial para el whiskey. Segundo, el ADN que lo define: el charcoal mellow.

Originalmente conocido como "el proceso del condado de County" -característico de Tennessee-, Daniel se dio a la tarea de perfeccionarlo. Su dinámica consiste en filtrar, gota a gota y lentamente, el producto destilado (que hasta entonces era un bourbon) a través de tres metros de carbón de madera de arce. Tal detalle le resta al licor acidez, aceites y otras impurezas, y le suma suavidad. Seis días se tarda en llegar el whiskey a los recipientes que lo habrán de recibir, transformado, ahora sí, en un Jack. Pero este caballero, todavía brioso y con sabor a grano, necesita el toque de gracia final que sólo puede conceder su paso por la madera. ¡A las barricas, hombre!

Al fin, como un roble
El sentimiento que se produce al entrar a una bodega es siempre reverencial. Allí se genera, por años, el intercambio entre licor y madera, lo que forja el carácter de todo destilado. Jack Daniel's es la única casa que fabrica sus barricas y lo hace en forma artesanal; una vez vaciadas, son vendidas, entre otros, a los escoceses, que las reciclan para elaborar su whisky. Pero, a diferencia de éstos, el tiempo de añejamiento no es el quid del asunto para la firma. "No seguimos un calendario. El whiskey está listo cuando los catadores lo indican (seis o siete años). Usamos los sentidos, de la misma manera que lo hacía Jack Daniel. De hecho, más de un siglo después, nuestro whiskey aún se juzga del mismo modo: por su aspecto, por su aroma, y, por supuesto, por su sabor". ¡Salud por eso! Aunque para celebrarlo, toda visita a Lynchburg deba finalizar como corresponde: en el pueblo más cercano.
Fuente: www.estampas.com


--
El enfado arruina la alegría, roba lo bueno de mi mente, obliga a mi boca decir cosas terribles, vencer el enfado aporta paz mental. Ayuda a no tener remordimientos. Si venzo el enfado seré encantador y me querrá todo el mundo.

No hay comentarios.: